martes, 7 de octubre de 2014

La estructura textual

Estos son los tres niveles o planos de estudio para jerarquizar las informaciones: La superestructura esquemática, que es la estructura global que caracteriza el tipo de texto, es independiente del contenido y se refiere más a la forma del texto; la macroestructura semántica, que es el contenido general o global del texto o discurso, se refiere al sentido del mismo como un todo y se conforma a través de macroproposiciones; finalmente, la microestructura textual, que se refiere al nivel de base del texto concreto y se refiere más que a nada a la coherencia y cohesión que se establecen en las oraciones como unidades.

Si podemos construir una macroestructura con las ideas individuales o microestructuras  y estas tienen una secuencia adecuada, entonces esta coherencia nos permitirá hacer una macroestructura que estaría adecuada para servir como fundamento de la superestructura del texto. Todo con el objetivo de que el texto tenga sentido al momento de leerlo.
Aunque en un texto una macroestructura es el contenido general o global del texto, en otro texto puede ser que sea una microestructura; lo que da a entender que macroestructura es un término relativo. En conclusión, vamos a entender que una macroeestructura se puede referir a la estructura global, y también se le llamará así a otras estructuras inferiores; que serán macroestructuras en sí, pero microestructuras de la estructura global.

Esto da a entender que al momento producir un texto hay que tener pendientes varias reglas en su estructura, con las condiciones fundamentales de coherencia y cohesión desde la microestructura, pasando por la macroestructura y terminando con la superestructura, que es la forma global que caracteriza el tipo de texto y las relaciones jerárquicas entre sus párrafos.

En el proceso educativo de Lengua Española debemos presentar a los estudiantes esta relación fundamental entre las micro, macro y superestructuras del texto. Esto se puede aplicar utilizando estrategias que trabajen desde lo más simple hasta lo más general, desde la micro hasta la superestructura; y tomando textos completos para analizar su estructura.

Al escribir o al leer debemos tener pendiente la proyección semántica, que es la relación entre las proposiciones de la macro y la microestructa; la coherencia de estas nos permitirá determinar el tema de un texto. Para que un texto tenga sentido debe determinarse cuál es el tema que se presenta, teniendo claro que el tema de un texto es lo mismo que una macroestructura. También es fundamental que tomemos en cuenta que cuando vayamos a enseñar a resumir debemos explicar las macroreglas, que son reglas de proyección semántica que permiten que al momento de reducir un texto no se pierda el tema que presenta la macroestructura.

Las macroreglas dicen que toda información de poca importancia y no esencial puede ser omitida (suprimir); se puede omitir  cierta cantidad de información, pero aquí, la relación entre las series de proposiciones se da más claramente. Aquí la información omitida puede recuperarse de manera reducida (seleccionar); se debe omitir las informaciones y proposiciones esenciales, sustituyéndolas por otra (generalizar); y con las nuevas proposiciones se forma un concepto más general o global (construir).

Según Van Dijk (1980) “Un discurso no tiene un solo tema o asunto, sino posiblemente una secuencia de temas o asunto que se expresan también en un resumen del discurso”.

En la práctica, los usuarios de la lengua no aplicarán la regla de la misma manera. Cada lector u oyente encontrará pertinentes diferentes aspectos del mismo texto, según los intereses, deseos, conocimientos, normas y valores del usuario. 

De lo que hablamos sobre las estructuras se puede ver reflejado en los periódicos, pues generalmente presentan la misma estructura esquemática por razones cognitivas, porque organizan el proceso de lectura, comprensión y reproducción del discurso. 

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