jueves, 28 de agosto de 2014

Lenguaje, lengua y habla

Lenguaje: Es un término que se usa en la lingüística moderna para designar la facultad o capacidad únicamente humana que sirve fundamentalmente para hacer posible el aprendizaje y dominio de una o más lenguas.
Para los lingüistas está claro que el lenguaje es único, es universal, es igualitario en todos los seres humanos; y sólo sirve para aprender lenguas, aprender primariamente a hablarlas y secundariamente a escribirlas. Todo el mundo de modo natural aprende a hablar por lo menos su llamada lengua materna, pero no todo el mundo aprende a escribirla y leerla porque esto requiere de una actividad social adicional: regularmente ir a la escuela y recibir un entrenamiento especial.
Por ser una facultad o capacidad, es algo totalmente abstracto y por lo tanto no se habla ni se escribe. Lo que se habla y se escribe es la lengua.
La mímica tampoco es un lenguaje, sino un sistema de comunicación paralelo a la lengua aunque muy diferente y mucho más limitado. La afirmación tradicional que postula varias clases de "lenguajes": culto, vulgar, literario, científico, técnico, coloquial, sencillo, político, filosófico, infantil, campesino, florido, popular, obsceno, prosaico, cervantino, llano, etc., se sale del campo de la ciencia y se introduce en la pura literatura, que es un arte y no una ciencia.


Lengua: Es un sistema de comunicación social doblemente articulado. No es el único sistema de comunicación que usa el ser humano, pero sí es un sistema de comunicación único porque ningún otro sistema de comunicación posee la característica de la “doble articulación”. Un sistema de comunicación es doblemente articulado cuando sus unidades significativas se articulas o se combinan entre sí (primera articulación) y cuando a su vez estas unidades significativas son susceptibles de ser analizadas en unidades más pequeñas, no significativas, que tienen la característica de ser distintivas y sucesivas (segunda articulación). La primera articulación son los morfemas o monemas (siempre unidades significativas mínimas) y las unidades de las segunda articulación se llaman fonemas (siempre son unidades mínimas no significativas). Aunque el morfema y fonema son dos unidades diferentes, son características distintas, sucede en muchos casos que un morfema puede ser expresado solo a través de un fonema. Es decir, los morfemas regularmente están formados por dos o más fonemas, pero hay muchos casos en los cuales los morfemas constan de un solo fonema. Ejemplos: Enseñanza (dos morfemas con más de un fonema cada uno); a-diner-a-d-o (cinco morfemas: uno “diner” con más de un fonema, y los demás con un solo fonema).


El habla: En la lingüística moderna, el habla es entendida como la “realización o actualización concreta e individual de la lengua, del sistema lingüístico”. Realizar o actualizar la lengua significa usar sus unidades y sus estructuras con fines significativos y con fines comunicativos. Aunque tradicionalmente se ha entendido que “hablar” se limita a pronunciar o articular sonidos de una lengua dada, es decir, a la comunicación oral, el sentido técnico de “hablar” se entiende como la ejecución de los dos actos que sirven para manifestar o expresar la lengua: lo oral (lo fonético, la pronunciación) y lo escrito. La lengua es un código compuesto por unidades y estructuras que sólo se usan cuando se “hablan”, es decir, cuando esas unidades y estructuras son combinadas o articulada para producir el discurso, que puede ser oral o escrito. Cuando una lengua deja de “hablarse”, sencillamente desaparece; deja de existir como sistema de comunicación vigente. Eso fue lo que ocurrió con el griego y el latín clásicos: dejaron de “hablarse” y desaparecieron. Eso sucedió también con el dálmata, una lengua hermana del español, que dejó de “hablarse” y desapareció.


González Tapia, Carlisle (2007). Otro texto sobre lengua española básica. Ediciones Tapia, S. A. Tercera Edición, Santo Domingo, República Dominicana.



No hay comentarios:

Publicar un comentario