« Lo que se necesita para hacer que el niño aprenda a leer no es el conocimiento de la utilidad práctica de la lectura, sino la firme creencia de que saber leer abrirá ante él un mundo de experiencias maravillosas, le permitirá despojarse de su ignorancia, comprender el mundo y ser dueño de su destino…».
(Bruno Bettelheim)
INTRODUCCIÓN
El
ser humano tiene muchas necesidades y una de las más importantes es la de
comunicarse con sus semejantes. Para esto utiliza y ha utilizado a través de la
historia distintas formas de expresión (pinturas, señales, lenguaje, escritura,
etc.); cada día el proceso de comunicación se ha ido perfeccionando para una
mayor interacción y comodidad. Varios medios de comunicación de masas están en
auge, como: la radio, la televisión, el periódico y la internet.
Lamentablemente,
estos medios modernos son muy buenos; sin embargo, los utilizan mal, perdiendo
el tiempo en simples diversiones, afectando a sí el hábito de lectura y asimismo su intelecto
y toda su vida.
La
lectura es una actividad múltiple. Cuando leemos, y comprendemos lo que leemos,
nuestro sistema cognitivo identifica las letras, realiza una transformación de
letras en sonidos, construye una representación fonológica de las palabras,
accede a los múltiples significados de ésta, selecciona un significado
apropiado al contexto, asigna un valor sintáctico a cada palabra, construye el
significado de la frase para elaborar el sentido global del texto y realiza
inferencias basadas en el conocimiento del mundo. La lectura es mágica y
acceder a ella es una excelente opción que podemos hacer nosotros mismos e
influenciar a los demás para que participen.
Este
trabajo es una investigación teórica sobre cómo desarrollar hábitos de lectura
desde la literatura. Veremos que a través de diferentes actos y/o estrategias
podemos establecer este hábito de tanta importancia para nuestra vida.
Esperamos
que todos los que accedan a estas informaciones se motiven a practicar lo aquí
expuesto para que podamos salvar la humanidad del no amor a la lectura, y
formemos ciudadanos que amen el conocimiento y el disfrute que se obtiene al
pasar tiempo en la maravillosa lectura.
¿Qué es un hábito?
En
psicología el hábito es cualquier comportamiento repetido regularmente, que
requiere de un pequeño o ningún raciocinio y es aprendido, más que innato.[1]
¿Qué
es la lectura?
Leer es una actividad que para el ser
humano desarrollarse es fundamental. En el sentido riguroso es "construir
por sí mismo el sentido de un mensaje", que puede estar plasmado en un
aporte físico o inmaterial. No sólo se leen libros, también imágenes, gestos,
paisajes naturales y hechos sociales. Esta actividad es sumamente importante
para el logro de todas las competencias propuestas para los estudiantes.
Según García
Molina (2001), “la lectura es un proceso fisiológico, psíquico, dialógico,
intelectual y cognitivo que conduce a la reproducción aproximada de las
imágenes acústicas y conceptuales codificadas en el texto y a la construcción
de sentidos por parte de los lectores”.
La lectura se orienta principalmente
a enriquecer la capacidad lúdica y creativa de los sujetos en todo el proceso
de enseñanza-aprendizaje de la lengua, así como para incitar al desarrollo del
pensamiento, el espíritu crítico, el ejercicio del criterio, la interpretación
y la valoración.
Según
la Revista Vinculando. (2009), existen diferentes Modalidades
de Lectura:[2]
Lectura guiada: Tiene como propósito
enseñar a los alumnos a formularse preguntas sobre el texto. El maestro elabora
y plantea preguntas para guiar a los alumnos durante la lectura….
Lectura compartida: Brinda a los niños la oportunidad de
aprender a formular preguntas al texto. En cada equipo, un niño guía la lectura
de sus compañeros….
Lectura comentada: Se realiza en
pequeños equipos, por turnos y se formulan comentarios durante y después de la
lectura….
Lectura independiente: En esta
modalidad los niños seleccionan y leen libremente los textos de acuerdo con sus
propósitos particulares….
Clasificación
de Lecturas
Lectura
mecánica: Se limita a
identificar palabras prescindiendo del significado de las mismas. Prácticamente
no hay comprensión.
Lectura
literal: Comprensión
superficial del contenido.
Lectura
oral: Se produce
cuando leemos en voz alta.
Lectura
silenciosa: Se capta
mentalmente el mensaje escrito sin pronunciar palabras. El lector puede captar
ideas principales.
Lectura
reflexiva: Es el
máximo nivel de comprensión. Se vuelve una y otra vez sobre los contenidos,
tratando de interpretarlos. Es la más lenta.
Lectura
rápida: Sigue la
técnica del “salteo” que consiste en leer a saltos fijándose en lo más
relevante. Es una lectura selectiva.
La capacidad de leer, conjuntamente
con las de escribir, escuchar y hablar son las capacidades básicas propias de
la comunicación lingüística que se privilegian en el Curriculum dominicano. Sin
embargo, la lectura no es una actividad que se restringe al aula; trasciende el
ámbito escolar. Es una actividad personal, familiar, social y cultural, aunque
no hay en nuestro país una cultura de lectura que se manifieste por igual en el
entorno escolar y social.
Sobre esto, Morón Arroyo, Ciriaco
(2001) dijo que “leer es ante todo una actividad humana y como actividad humana
tiene una dimensión histórica, social y bibliográfica”.
Habilidades
que desarrolla la lectura
Ø La
dicción
Ø Entonación
Ø La
amplitud de conocimientos
Ø Comprensión
de los textos
Ø Fluidez
Ø Vocabulario
Ø Ortografía
Ø Construcción
gramatical
Ø Imaginación
Ø Orden
del pensamiento
Ø Concentración
Ø Comprensión
Ø Reflexión
Ø Actitud
critica
Ø Lectura
veloz
Ø Predisposición
a escuchar
Ø Conocimientos
Ø Cultura
Según Cassany (2004) “Leer
y escribir no son sólo procesos biológicos, cognitivos o lingüísticos: también
son actividades culturales, prácticas comunicativas insertadas en las formas de
vida. Leemos y escribimos objetos de nuestro entorno (libros, carteles, notas,
pantallas), que transmiten mensajes sobre lo que nos preocupa. Puesto que
nuestro entorno y nuestra vida cambian dinámicamente, también se transforma la
manera de comunicar. Leemos y escribimos de modo particular en cada época, en
cada comunidad, en cada ámbito profesional. Por eso cabe preguntarnos: ¿Cómo
será la lectura y la escritura que aguardan a nuestros chicos?, ¿qué podemos
hacer hoy para prepararlos mejor para el mañana?”[3]
A pesar de lo fundamental que resulta
desarrollar hábitos de lectura, cada día la gente le dedica mucho tiempo a
cualquier otra actividad. Según Salazar, Silvana y Ponce, Dante (1999), la
mayoría de los adolescentes y jóvenes asocia la lectura al aburrimiento y al
castigo, y se entrega a esta actividad más por obligación que por voluntad propia;
si es posible, tratan de evitarla, como el caso de los alumnos que para cubrir
las exigencias de los exámenes sobre obras literarias, recurren a la
solidaridad de los amigos que sí leen, para hacerse contar los argumentos. En
sus trabajos estudiantiles prefieren casi siempre recibir instrucciones verbales
antes que escritas y documentos condensados en lugar de las obras mismas,
eligen los gráficos y las operaciones para no redactar. En estos tiempos, un
libro no siempre es bien recibido como regalo, pues la lectura y el libro están
asociados a deberes y evaluaciones, de ninguna manera a la vida misma.
El dato de que el dominicano
disfruta un promedio de siete horas diarias de tiempo libre; pero el cincuenta
y siete por ciento dedica 1.9 horas diarias promedio para ver televisión,
mientras que el seis por ciento dedica una hora diaria a la lectura y el
setenta y cinco por ciento dedica menos de una hora semanal a la lectura,
evidencia lo antes expuesto. (Funglode, 2003. Encuesta sobre hábitos de lectura
en R. D.).
Este desamor por la lectura se
desarrolla hasta en los adultos, con la diferencia de que reconocen el
prestigio social que tiene el que lee, y por tanto, se excusan diciendo que le
gusta la lectura, pero que no tienen tiempo para leer.
Lamentablemente, sólo en nuestro
tiempo y en los países desarrollados la lectura es accesible a todos, pero
ahora, cuando todos tenemos la posibilidad y la capacidad de leer, la
televisión absorbe el tiempo que podríamos dedicar al libro. Más aún, la
comunicación electrónica desplazará al libro.
En mucha ocasiones necesitamos la
ayuda de alguien para leer. A los niños
hay que leerles cuentos, a los analfabetos hay que leerles las cartas enviadas
por su hijo, el estudiante que lee el Quijote de la Mancha necesita la ayuda de
un maestro, también el lector de la Biblia necesita que alguien le explique qué
significa lo que leer.
Leer, como toda actividad humana, ese
una condensación de actos puntuales y aislados y de la trayectoria continua que
constituye nuestra vida. Si la lectura del libro entero cuesta quince días, el
verdadero acto de leer no es ninguno de los momentos aislados, sino la línea de
tiempo en que hemos leído todo el texto. La lectura verdadera es la lectura del
texto completo. Además, generalmente lleva un proceso de escritura. Pues
mientras leemos estamos investigando y en ese proceso vamos haciendo apuntes
que son tan importantes que en cualquier modo pudieran ser publicados.
Según Quintanal, José (2000), debemos
incursionar en un proyecto llamado ANIMACIÓN A LA LECTURA. Estas serían
actuaciones importantes, entre otras:
1. Animación a la lectura es exigir al
alumnado que lea, en un período determinado, unos libros. Libros elegidos por
el profesorado, generalmente, con un trabajo posterior y, en ocasiones, con
examen incluido.
2. Animación a la lectura es intentar
convencer al alumnado de las excelencias de la lectura con un mero discurso
teórico.
3. Animación a la lectura es crear las
condiciones estructurales para que se dé el hecho lector en la escuela, como la
apertura de la Biblioteca Escolar y/o Bibliotecas de Aula.
4. Animación a la lectura es, además,
dinamizar las bibliotecas escolares.
5. Animación a la lectura es realizar, sea
en la biblioteca o en el aula, sesiones con técnicas de animación lectora,
buscando el placer en la lectura.
Algunas
estrategias de lectura aplicadas en el aula escolar
Después de que los niños
se sienten más en confianza dentro del aula se inicia con la lectura,
explicando la importancia de los libros, cuáles son sus partes, que las
identifiquen con el material en la mano, que observen las letras, los números
de la páginas, el contenido, los dibujos y por último y lo más importante de la
actividad que es leer el título.
Para realizar esta
actividad es importante que los niños conozcan una biblioteca, que sientan que
está en un paraíso. Leer es mucho más que poseer un caudal de estrategias. Leer
es sobre todo una actividad voluntaria y placentera y enseñar debe tener esto
en cuenta.
Es por esto que se
pretende que una estrategia didáctica de lectura se realice en un espacio de
tranquilidad al tiempo de aplicar las estrategias lúdicas que conlleven a que
el niño despierte un interés mayor por el libro que tiene en sus manos. Es
recomendable que de acuerdo al grado de educación primaria que se trabaje se
hable con palabras atractivas y se utilice motivación en gran medida.
El Dr. Remigio García (2007) propone
algunas estrategias para el fomento de la lectura, con el objetivo de
incentivar y desarrollar el hábito de lectura en las aulas. Aunque, en
realidad, el habito de lectura debe iniciarse en la familia, en el hogar,
leyéndoles en voz alta, dramatizando, adivinanzas, trabalenguas, poemas,
leyendas, cuentos, entre otros.
Más adelante, la lectura de los textos del entorno: letreros, afiches,
pancartas, publicidad… constituyen en las ciudades los más atractivos
materiales de lectura, mediante los cuales se ponen en contacto con su entorno.
Y luego en la escuela para que experimenten el contacto directo, físico con el
libro.
ESTRATEGIAS
La
Hora del Cuento, una estrategia regular y programada, destinada a despertar
tempranamente el interés por los libros y el tesoro de la imaginación en los
niños y las niñas del Nivel Inicial, y del Primer Ciclo del Nivel Básico. Consiste
en la lectura, en voz alta, de cuentos infantiles de reconocidos valores
universales y nacionales para el debate y la recreación de los textos leídos y
estimular la imaginación y la creatividad de los y las estudiantes.
Olimpíada
de Lectura o Concurso Nacional de Lectura es una estrategia dirigida a
estimular, en los y las estudiantes del Segundo Ciclo del Nivel Básico y de
todos los grados del Nivel Medio, el interés por la lectura comprensiva y
recreativa, como uno de los ejes fundamentales de su formación, de textos
narrativos (cuentos y novelas), poesías, obras de teatro, ensayos, textos de
Historia Patria y escritos periodísticos (editoriales y artículos de fondo de
periódicos y revistas) incluidos en la programación del año escolar.
Cara a Cara con un/a Autor/a
es un estrategia periódica de visitas, a nivel regional o distrital, de autores
dominicanos importantes, quienes intercambian con los y las estudiantes en un
diálogo vivo. Esta estrategia se estructura por grados y esfera de interés e incluye
autores de literatura infantil y juvenil para los grados del Nivel Básico, y
autores de literatura novelesca, historiadores y poetas para los grados del
Nivel Medio.
Red
Nacional de Lectores es una propuesta que
permitirá aglutinar a todos los estudiantes que han participado y participan en
el Concurso Nacional de Lectura, de manera que puedan aprovechar y crear
espacios para el intercambio de sus experiencias lectoras, para el intercambio
de libros y para la promoción y fomento de la lectura.
La Caja de Lectura y Escritura, o
sus equivalentes: Los Rincones de Lectura y Los Estantes,
para las escuelas del Nivel Inicial y Nivel Básico.
Kiosco de Lectura,
situada en los núcleos poblacionales más densos, como los barrios y zonas
rurales, podría funcionar bajo la responsabilidad del club, de la escuela, de
la parroquia, de la junta de vecinos o de la comunidad, para facilitar el
préstamo e intercambio de libros entre los niños, jóvenes y adultos.
Proyecto de
Biblioteca del Despacho de la Primera
Dama a través del Programa de Promoción del Libro y la Lectura; los clubes de
lectores, los concursos y premiaciones de lectores, la edición y distribución
de libros, los entrenamientos a promotores de lectura y bibliotecarios de la
Secretaría de Estado de Cultura; el Concurso Terminemos el Cuento, Prensa
Escuela y la Premiación al Maestro Lea del Plan Lea del Listín Diario, entre
otros. Estas son algunas de las estrategias de fomento de la lectura que se
ejecutan en el país.
Termina diciendo que cualquier plan o programa
orientado a forjar una cultura de lectura, que es a lo que aspiramos, tiene
necesariamente que estar sustentado en dos grandes acciones cohesionadas:
primero, la implementación de la
política editorial libros para todos bien definida, y, segundo, una agenda de promoción y fomento de la
lectura coherente con alcance nacional. A partir de ahí será más funcional
la implementación de estrategias diversas e innovadoras para el fomento de la
lectura.
En una investigación realizada por Dubón,
Didier Josías; Godoy, Bessy; Méndez, Evelyn (2014) sobre técnicas y estrategias
didácticas para fomentar el hábito de la lectura en los estudiantes, podemos
aportar otras estrategias
Lectura independiente.
Método de lectura en la que cada alumno lee
por sí mismo un texto silenciosamente, con el mínimo apoyo del docente. Es una
actividad que se ha de realizar cuando los alumnos han logrado un cierto nivel
de autonomía en la lectura.
Lectura silenciosa. Es
la que se realiza sin emitir ningún sonido o palabra. Se caracteriza por su
funcionalidad para adaptarse a diferentes propósitos. La lectura silenciosa
tiene la ventaja de una mayor rapidez en la captación directa del significado
de la lectura por lo siguiente: El lector no mediatiza el significado mediante
un producto oral No tiene necesidad de codificar en lenguaje oral lo que lee.
No se enfrenta con las exigencias de enunciación y pronunciación de las
palabras. El lector lee a su propio ritmo.
Lectura socializadora.
Es aquella que permite o hace posible la
relación de grupo y la comunicación colectiva. Se realiza a efectos o de
desarrollar habilidades o compartir intereses comunes. Tiene ventajas
importantes: Se emplea tiempo con más eficacia Los niños aprenden uno de otros
Comparten experiencias Estimulan la interacción y comunicación entre los
estudiantes.
Lectura creadora. Es
aquella que se realiza a través de actividades creadoras en las que el niño
enriquece y socializa su lenguaje, supera su egocentrismo y valora el lenguaje
como medio de comunicación.
Lectura oral. Es
una forma empleada con mucha frecuencia por la mayoría de los docentes. Se
produce cuando leemos en voz alta. La lectura oral o expresiva nos permite
mejorar la pronunciación de los sonidos que conforman las palabras, así como el
ritmo o la entonación que tiene un texto. En general contribuye enormemente a
mejorar nuestra comunicación porque nos habitúa a hablar en voz alta ante un
público con soltura y naturalidad.
La dramatización. Consiste
en representar personas, hechos y situaciones descritas en una obra,
propiciando una mejor comprensión de forma efectiva a través de un aprendizaje
cooperativo y significativo.
El foro. En
el foro tienen la oportunidad de participar todos los estudiantes, para debatir
una lectura asignada en clase.
Coctel de libros. Esta
técnica consiste en conocer títulos nuevos consiguiendo que la elección del
primer libro de lectura del curso sea una auténtica fiesta, seleccionando el
libro voluntariamente no de una manera impuesta.
El museo del cuento. Es
esta una actividad que sirve para despertar el interés por la lectura, haciendo
reales los objetos mencionados en determinada lectura o texto.
La foto de un autor. La
técnica es efectiva para animar la lectura de los libros de un determinado
autor a través del conocimiento de su vida y obra.
Película / libro o
libro / película. Consiste en motivar la
lectura de los libros en que se basan las películas, reconociendo diferencias y
coincidencias entre el libro y su película.
Visita de autores. Se
trata de reconocer a un autor de literatura juvenil y su obra para incentivar
al alumno a leer alguna obra del autor.
Lectura grupal. Donde
un grupo determinado de personas se interrelacionan con el fin de analizar y
discutir acerca de un texto seleccionado, estableciendo fecha de inicio y de
fin de la lectura.
Conversatorio. Es
una técnica para generar participación en un grupo, esta, requiere la
intervención espontanea de todos.
Abrir
el aula a la realidad escrita del entorno. Que la gran diversidad de escritos de la calle, de la
biblioteca, de la comunidad, entre en el aula. Que chicos y chicas aprendan a
leer y escribir lo que realmente quieren poder hacer, que aprendan a leer lo
que van a tener que comprender en su vida, que aprendan a escribir lo que el
futuro les va a pedir. Que descubran el poder que tiene la lectura y la
escritura. Que el mundo electrónico entre también en el aula y no sólo en
algunas asignaturas: ¡en todas! En la clase de lengua, en la de matemáticas, en
la de sociales...
Poner
énfasis en el significado y en la interpretación. Leer significa comprender y escribir,
hacer comprender. Importa menos oralizar unas líneas, hacer buena caligrafía o
memorizar las reglas de acentuación. Lo apasionante de leer es compren-der lo
que piensan los otros; lo fascinante de escribir es descubrir que los otros
pueden leer -y comprender- lo que uno piensa. Busquemos la manera de que los
alumnos gocen leyendo y escribiendo: así descubrirán su utilidad, su sentido y
tendrán unas ganas locas de leer y escribir.
Leer
y escribir en cooperación.
Leer y escribir no son tareas individuales. Sí son procesos mentalmente
individuales los actos de reseguir con los ojos un escrito y decodificar el
significado de cada palabra o teclear y visualizar en la pantalla una tras otra
las letras de una oración. Pero leer y escribir también es interpretar el
significado que adquiere una palabra en cada contexto, buscar ideas y
organizarlas con coherencia... Y todas estas operaciones las podemos realizar
con nuestros compañeros: podemos leer y escribir en pareja, con coautores y
colectores (¡curioso que no exista esta palabra en español!).
Hablar
para leer y escribir.
Leer y escribir no son tareas silenciosas. Al compartir con un colega la interpretación
de un texto, autores y lectores verbalizan su pensamiento,
lo contrastan con otros puntos de vista, lo razonan y justifican. Hablar
constituye una poderosa herramienta para construir, negociar y socializar el
significado. Hablar también permite desarrollar los procesos cognitivos
implicados en el uso del lenguaje. Leer y escribir requiere poder hablar de lo
que se comprende y de lo que se comunica. Dejemos que chicos y chicas hablen
mientras leen o escriben. Estimulémosles a hacerlo.
Poner
énfasis en el proceso.
Leer no consiste en oralizar o subvocalizar un texto en carrerilla hasta el
final; escribir consiste en completar hojas en blanco. ¡La escritura no
entiende de improvisaciones! Comprender exige releer varias veces, intercambiar
impresiones con otros, revisar las primeras hipótesis, matizar constantemente
lo que se entiende. Escribir requiere hacer borradores y correcciones, elaborar
ideas personales, adaptarse a cada audiencia. El aula no puede esconder esta
realidad sobre el uso de la escritura: chicos y chicas deben reelaborar sus
interpretaciones como si fueran esculturas de barro.
Leamos
y escribamos con los chicos.
Somos, los docentes, los lectores y los escritores más expertos que tiene el
chico a su alcance. Pongámonos a leer y a escribir con ellos y para ellos, sus
textos y nuestros textos. Mostremos en vivo cómo leemos y entendemos un texto,
cómo nos equivocamos, cómo consultamos el diccionario, cómo formulamos
hipótesis y luego las confirmamos o desechamos, cómo releemos y corregimos. Del
mismo modo, mostremos cómo se buscan ideas, cómo se hace un mapa mental, cómo
se revisa un primer borrador, cómo se reformula el texto paso a paso.
Convirtamos el aula en un espacio vivo, en un taller de experimentación donde
chicos y chicas puedan sentir en los poros de su piel el significado de las
letras.
¿Cómo
realizar una buena lectura?
De acuerdo a Sastrías
(1997), citado por la Revista Vinculando, para poder realizar una lectura
eficaz es necesario seguir los siguientes pasos:
1.
Establezca
el propósito de la lectura.
2.
Examine
e inspeccione el contenido de todo el libro.
3.
Cuestiónese
y formúlese preguntas.
4.
Busque
el significado de lo que está leyendo.
5.
Exprese
lo que va leyendo.
6.
Repase
lo estudiado.
Leer
para comprender es hacer una lectura con la finalidad de adquirir nuevos
conocimientos, esto implica la realización de una serie de actividades como
elaborar notas, utilizar el diccionario, repasar las ideas principales, etc.,
para comprender los contenidos.
Por
lo tanto, el leer permite al hombre desarrollar una capacidad intelectual que
si es bien desarrollada, puede resultar la más maravillosa que los seres
humanos poseemos, ya que nos permite crear, comprender, pulir ideales, razonar,
soñar, imaginar etc., como lo menciona Rodolfo Castro (2002), citado
por…"Leer es rescatar la sensibilidad más profunda de nuestra
sensibilidad, es explorarnos a nosotros mismos; es recorrer a puntillas y paso
a paso lo más recóndito de nuestro ser que siempre es desconocido y
misterioso". El saber leer nos brinda las bases para la creación del
conocimiento y la obtención de la información, que nos permite desarrollarnos
de manera armónica en la sociedad actual.
Es
necesario tener en cuenta las reglas para una buena lectura
ü
Omitir:
las ideas secundarias para la interpretación del texto.
ü
Seleccionar:
utilizar la información que realmente sea requerida.
ü
Generalizar:
manejo de conceptos a manera general.
ü
Construir
o integrar: parafrasear el texto pero sin perder la idea principal.
Al finalizar una lectura
resulta importante realizar una serie de preguntas que permitirán guiar la
búsqueda de las ideas principales y secundarias de un texto y a la vez apoyarán
de manera directa la comprensión de este. Las preguntas se pueden clasificar
como:
Preguntas de respuesta
literal: se encuentran de manera directa en el texto.
Preguntas de pensamiento
y búsqueda: las posibles respuestas son deducibles, y el lector relaciona
diversos elementos del texto.
Preguntas de elaboración
personal: hacen referencia al texto, pero exigen la opinión del lector.
También se retoma la
comprensión de la lectura de un cuento a base de sus distintos niveles como
son:
Literalidad: hace
referencia a ¿Qué significa el hecho? De manera directa se pregunta sobre lo
que sucedió.
Retención: la facilidad
que un niño tiene para expresar la idea principal de un texto, para así
elaborar un trabajo escrito.
Organización: es la
manera en cómo se manifiestan las comparaciones de un suceso con otro y de esta
forma se manejan las ideas principales haciendo diferencias y semejanzas,
permitiendo a los niños descubrir con mayor facilidad el tema del texto.
Inferencia: lleva al niño
a reconstruir sucesos diferentes a lo que ya ha leído de acuerdo a su
experiencia y permite que cree propuestas y posibles respuestas a la misma
pregunta.
Valoración: permite
evaluar la temática, analizar y hacer propia la idea principal del texto.
Transformación: la
lectura se toma como propia y se asemeja a las vivencias, hay que recordar que
la misma lectura puede generar diversos sentimientos en las personas y de ahí
surgen las opiniones.
Tomando en consideración
los anteriores niveles de comprensión lectora se retoman lo que se conoce como
tipos de análisis:
Análisis de la obra: semejante a la
transformación, pues cuestiona al niño sobre las sensaciones que tuvo al
realizar la lectura, provocando en ellos una reflexión.
Análisis de los
personajes: cómo son y qué características tienen los personajes de la lectura,
o el concepto, cosa o tema que se analiza.
Análisis del discurso:
indica la importancia de enseñar a los niños a observar con claridad el tipo de
lectura a la que se hace referencia, se mencionan tiempos y espacios.
Técnicas narrativas:
consiste en descubrir quién está contando el cuento, si es un personaje si
interviene un narrador que no sea parte de los personajes que participan en el
cuento. Esto con la finalidad de que los niños identifiquen por sí solos las
situaciones.
Argumento: que el niño
identifique las partes más importantes de la lectura que son:
Introducción, donde
inicia el cuento.
Nudo, que hace referencia
a las partes más interesantes de la historia
Desenlace, que trata del
final del cuento.
Para finalizar con el
descubrir de las partes de la lectura, se debe señalar la importancia de los
géneros literarios: lírico, épico y dramático, esto último aplicado a los
grados avanzados de primaria como quinto y sexto grado.
Como menciona Sastrías
(1997) en su libro Caminos a la lectura, citado por la Revista Vinculando,
manifiesta que se puede fomentar el gusto por la lectura cuando:
Las personas que leen a
los niños lo hacen con entusiasmo: Cuando un adulto lee con énfasis y
respetando los signos de puntuación en las situaciones relevantes y en los
acontecimientos señalados en la lectura logra impactar en el niño, pues hace
que éste se interese mucho más por escuchar la lectura con atención
El adulto que realiza la
lectura puede enseñar las fotografías o figuras que pueden aparecer ilustrando
el texto que éste leyendo: de esta forma el niño estimulará su mente y echará a
volar su imaginación y al mismo tiempo estas ilustraciones harán que el niño
las relacione con su experiencia.
El adulto discute las
historias con los niños: el adulto por medio de esta actividad logrará aclarar
las dudas o posibles preguntas que al niño le surjan después de la lectura,
también resulta importante porque de esta forma el niño no se queda con dudas.
Se ayuda a los niños a
identificar letras y palabras.
Para poder guiar la
lectura se puede usar el dedo índice para que los niños puedan seguir la
historia al mismo tiempo que el adulto.
Hablar acerca de los
significados de las palabras: resulta gratificante para el niño ya que amplía
de esta manera su vocabulario, así la persona que le lee se la puede explicar
para que el niño la comprenda y de esta forma comprenda el mensaje del texto si
tiene dudas.
Los padres de familia y
los maestros podrán leer a los niños sus libros favoritos para que de esta
forma vayan formando el gusto y haciendo el hábito en ellos.
Para ver si de verdad
entendieron y analizaron lo que se les leyó a los niños, se deberán hacer
preguntas relacionadas con el texto.
Fomentar en los niños la
imaginación para que inventen sus propias historias, lo pueden hacer a base de
recortes de revistas, fotos o dibujos.
Es importante que los
padres mantengan libros en casa para que los niños puedan elegir algunos y
convertirlos en sus favoritos para leerlos. Los padres pueden fijar una hora de
lectura durante el transcurso del día o incluso antes de ir a dormir, ya que de
esta forma se fomenta el gusto y el hábito por la lectura.
Los padres deberán leer
con mucha frecuencia y con entusiasmo para que los niños tomen una actitud
positiva en cuanto a la importancia de la lectura, ya que también los niños
tratarán de imitarlos y si los padres de familia llevan libros a su casa
“demostrarán” a sus hijos que la lectura es necesaria para su aprendizaje.
En cuanto al profesor,
éste será motor de motivación y despertará en los niños interés a través de sus
actitudes y aptitudes dentro del salón de clases. Es muy importante que el
maestro no sea un esclavo del programa sino que, dé rienda suelta a su
imaginación y creatividad implementando diferentes actividades en clase en
donde fomente el gusto por la lectura y por qué no, forjar en los niños un
hábito creando círculos de lectura y talleres de creación literaria.
Ahora bien, el maestro no
debe someter a sus alumnos a una lectura obligatoria, debe buscar maneras para
hacer de la lectura una lectura placentera y de esta forma resultará un deleite
para sus alumnos.
Tanto padres de familia
como maestros deben enseñar al niño a buscar o investigar en los estantes de la
biblioteca y por qué no, solicitarles recoger el periódico.
Estos pasos se oyen
fáciles de realizar, pero seamos realistas, ¿contamos con el apoyo de los
padres de familia?, ¿tenemos los recursos necesarios?, ¿nosotros como maestros
realizamos correctamente las estrategias de enseñanza-aprendizaje? Muchas son
las interrogantes que asaltan en esta problemática, sin embargo tenemos cerca
los medios para hacer de nuestros alumnos buenos lectores.
CONCLUSIÓN
En resumidas cuentas, un hábito es
cualquier comportamiento repetido regularmente. Se adquieren al realizar
actuaciones con cierta frecuencia, lo que provoca que ya se realicen con
normalidad, a veces hasta sin pensar hacerlo.
En el caso de la literatura, debemos desarrollar
estrategias o técnicas que motiven a los estudiantes a amar la lectura. Que la
gocen, que la disfruten como si fuera el mejor momento de su vida.
Antes que eso, los facilitadores,
profesores, maestros, deben desarrollar en sus propias vidas lo que enseñan.
Deben amar la lectura y todo el proceso, de modo tal que los estudiantes puedan
aprender por ejemplo, porque, en definitiva, nadie puede enseñar lo que no sabe
o vive.
Obviamente, todas las estrategias y
textos que utilicemos deben ser de acuerdo a la edad y al propio contexto de
los estudiantes, para que mientras leen puedan involucrarse y hacer el
contenido como parte de sus vidas.
Sería muy importante desarrollar y compartir
la oralidad. La riqueza que hay en los poemas, obras de teatro, mitos,
leyendas, adivinanzas, trabalenguas, entre otros, no la podemos desperdiciar,
debemos utilizarlos para motivar a la lectura de formas variadas y de disfrute.
Actualmente, vivimos en el
siglo la tecnología y la información, y
así han surgido una gran variedad de recursos modernos que nos pueden ayudar.
En vez de satanizar la tecnología y culparla de la deficiencia de los
estudiantes, es mejor canalizar todas las estrategias que ellos han obtenido y
utilizar sus aparatos para que también disfruten la lectura de textos.
Si se inicia con estas prácticas desde que el
niño o niña está en el vientre de su madre, antes de nacer, es mucho mejor. Algo importante es que el maestro o la maestra,
debe tener dominio de la expresión, para saber decir lo que lee. Debe saber
emplear las tonalidades, los énfasis, las inflexiones de voz, dominar la
dicción junto al uso adecuado de los ademanes, las gestualidades, y tener
dominio del lenguaje de la corporalidad. Saber que en esa etapa inicial, los
colores y el uso frecuente de onomatopeyas, es imprescindible.
Otros puntos importantes, entre otros, son:
escoger un lugar adecuado, un horario, controlar la tv y la internet, pausar
las lectura para recrearse, guiarlos, enseñar disciplina y organización, y alimentarse
adecuadamente. Debemos analizar los estilos de aprendizaje, crearles un mundo
positivo, de autoestima, pues, un hábito necesita al menos 30 días para
formarse, pero en pocos días se desvanece.
Debemos ir huyendo de la
repetición, mecanización y tratar de que el otro lea como si fuera una
obligación o un castigo. Debemos
enfocarnos en el propósito fundamental que trae consigo la lectura, la cual es
el leer por placer, por gozo, por convicción y por acceder a miles de
conocimientos.
BIBLIOGRAFÍA
Ø
Cerrillo, Pedro y García Padrino Jaime
(Coordinadores) (2001). Hábitos lectores
y animación a la lectura. Servicios de Publicaciones de la Universidad de
Castilla-Mancha.
Ø
Dubón, Didier Josías; Godoy, Bessy;
Méndez, Evelyn (2014). Técnicas y
estrategias didácticas para fomentar el hábito de la lectura en los
estudiantes. Honduras. Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Revisado el 15-4-15. (http://www.academia.edu/8196980/T%C3%A9cnicas_y_estrategias_did%C3%A1cticas_para_fomentar_el_h%C3%A1bito_de_la_lectura_en_los_estudiantes)
Ø
Editorial Planeta, grandes
publicaciones (2004). Una estrategia
global para fomentar hábitos de lectura y escritura en los centros de Educación
Primaria. Revisado en 15-4-15. (http://www.librodenuestraescuela.com/Data/Pdf/Revista%20LNE%20esp%5B1%5D.qxd.pdf)
Ø
García Molina, Bartolo (2001). Redacción (7ma. edición). República
Dominicana: Editorial Surco.
Ø
García, Remigio (2007). Estrategias para el fomento de la lectura.
República Dominicana. Revisado el 15-4-15. (http://www.educando.edu.do/articulos/familia/estrategias-para-el-fomento-de-la-lectura/)
Ø
Quintanal, José (2000). Actividades lectoras para la Escuela
Infantil y Primaria. CCS. Madrid. Revisado el 15-4-15. (https://labibliotecaescolar.files.wordpress.com/2012/04/capitulo5alalectura.pdf)
Ø
Morón Arroyo, Ciriaco (2001). Hábitos lectores y animación a la lectura. Revisado
el Revisado el 15-4-15.
Ø
Revista Vinculando. (2009). Como fomentar el hábito de la lectura y la
comprensión lectora. Revisado el 15-4-15. (http://vinculando.org/educacion/como_fomentar_habito_de_lectura_y_comprension_lectora.html).
Ø
Salazar, Silvana y Ponce, Dante
(1999) Salazar, Silvana y Ponce, Dante
(1999). Hábitos de lectura. Lima.
Instituto del libro y la lectura. Revisado el 15-4-15. (http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=283517)
No hay comentarios:
Publicar un comentario