lunes, 20 de abril de 2015

La descripción

Descripción literaria

“Yo amo a Jayson. Tiene los ojos color turquesa como Percy, su piel es blanca como Edward, sus tatuajes extraños como Travis, pelo rubio natural como Jace, dominable y sexy como Christian Grey, arrogante como Daemon Block, mitad coreano como Park, mujeriego como Wesley Rush, popular y extremadamente guapo como Heythan; le gusta la velocidad como Hache, es musculoso como Ayden, Delira el amor como Owens, es futbolista como Jonathan, es insistente como Manuel, mata demonios como Jace, es malo como Valentín, le gustan los lobos como Jacob, es extremadamente sexy e irresistiblemente; dominante y excitante como Christian Grey; es muy agresivo y no demuestra su amor como Peeta; solo tiene cuatro miedos como Tobías, es investigador como Santiago, escucha rock como Park y odia a los extraños”.

(Ámbar Wilkeyris Merán Vélez)

domingo, 19 de abril de 2015

Literatura para jóvenes: el caso de la novela.

“Nada hay más útil que la literatura, porque ella nos enseña a interpretar la ideología y nos convierte en seres libres al demostrarnos que todo puede ser creado y destruido, que las palabras se ponen una detrás de la otra como los días en el calendario, que vivimos, en fin, en un simulacro, en una realidad edificada, como los humildes poemas o los grandes relatos, y que podemos transformarla a nuestro gusto, abriendo o cerrando una página, escogiendo el final que más nos convenga, sin humillarnos a verdades aceptadas con anterioridad. Porque nada existe con anterioridad, sólo el vacío, y todo empieza cuando el estilete, la pluma, el bolígrafo, las letras de la máquina o el ordenador se inclinan sobre la superficie de la piel o del papel para inaugurar así la realidad”.
 (Luís García Montero ,1993)

           El valor educativo de las narraciones está fuera de toda discusión. Durante siglos han constituido parte fundamental de las tradiciones nacionales y, por lo mismo, han contribuido a formar su identidad cultural.
         
          La novela cuenta distintos relatos, que se relacionan con las experiencias de los jóvenes. Ellos las pueden contextualizar, es decir, remitir a un contexto conocido o a un marco que le sea más o menos familiar. De esta manera le pueden tomar más valor, o darle la importancia que merece, al hacerla parte de sus propias vidas.

          De repente podemos ver un desamor al contacto con la literatura a través de los libros u otros medios. Por eso, cada día los maestros deben ir creando, modificando, reelaborando metodologías para que los estudiantes incursionen en la  lectura de novelas, poemas, obras de teatro, etc.     

          El estudio de la literatura no debe ser olvidado, porque es un vehículo de acceso único al poder de la lengua, al poder de apropiación de la realidad que las habilidades lingüísticas confieren. Apropiarse del poder de la lengua, decía Heidegger, es apropiarse del más peligroso de los bienes. De aquel que tiene la facultad, la capacidad, el poder, de crear la misma posibilidad de peligro. La responsabilidad de los lectores literarios consiste precisamente en cuidar que la capacidad de crear el peligro a la que se refiere el filósofo alemán, el poder de hacer cosas con las palabras, sea transmitida de forma efectiva a las nuevas generaciones de niños y jóvenes.

          Esperamos que al acceder a estos conocimientos podamos motivarnos a darle o a reconocer el valor de la literatura en los jóvenes. Y nosotros como maestros podamos utilizar todas las estrategias didácticas que permitan que esos estudiantes puedan recibir todos los beneficios que trae en si la novela y demás géneros literarios.


 ¿Para qué enseñar literatura?

          Según Rafael Lapesa, citado por Pérez Patón (2009), en su Introducción a los estudios literarios  inscribe el estudio de la Literatura entre los estudios sobre las “bellas artes” y la define a partir de la concepción aristotélica como “arte que tiene por instrumento expresivo la palabra”.

          En definitiva, la literatura y su didáctica buscan el placer estético del lector, además, entre otros, del desarrollo lingüístico, social, intelectual, y nuestros conocimientos aumenten por el contacto de los contextos transmitidos en ella.
La literatura comunica bastante. Tiene la diferencia de que el mensaje es transmitido  de una forma especial, busca atraer, se aparta de la rutina, de lo corriente, lo cotidiano y persigue la expresión original, inédita, imprevisible, para causar sorpresa, emociones en el lector.

          Los mensajes son connotativos, es decir, está repleto de términos que poseen una serie de significados asociados que tienen la función de emocionar, de provocar múltiples sugerencias en el lector. Sobre todo, las figuras o recursos literarios caracterizan o adornan el texto, de tal modo que se convierta en más bello y expresivo.
         
          Los adolescentes deben acceder a la literatura y nosotros los docentes debemos crear las condiciones para insertarlos en tan bello arte.

La novela, del género épico,  es muy rica y tiene varias particularidades que la diferencian de otros géneros.  Entre otras características, trata varios temas importantes, generalmente se refiere al pretérito, expresiones en prosa, todo con la ficción que envuelve todo como una realidad subjetivada para salir un poco de la realidad, a veces complicada, que vivimos.

A través de la historia hemos visto que aparte de todo, la novela ha servido y sirve para producir algunos cambios en la sociedad, para producir transformaciones que afectan tanto a las clases altas como a las más bajas.

La literatura juvenil e infantil, según Antonio Fillola, es un conjunto de producciones de  signos artísticos literarios, de rasgos comunes y compartidos con otras producciones de otros códigos semióticos a las que tienen acceso en tempranas etapas de formación lingüística y cultura.

Debemos tomar en cuenta que los intereses de los adolescentes son variados y abarcan, entre otros, aspectos éticos, religiosos, artísticos, musicales, familiares y sociales. En este momento se dan crisis de independencia, tan relacionadas con el carácter del adolescente, y aumenta la aposición al mundo adulto, a sus padres y educadores específicamente, porque el muchacho  y la muchacha necesitan afianzar su personalidad y lo hacen de una manera radical, tajante, pasional y extremista casi siempre; sin embargo la relación de amistad se convierte en unos de los pilares básicos.

          Por tales razones, en la actualidad son muchos los escritores y escritoras que orientan sus talentos en plasmar historias dedicadas a los jóvenes, al público adolescente y que demuestran un buen conocimiento y comprensión de sus problemas y emociones. Todos sabemos que en la adolescencia el joven va desarrollando paulatinamente su inteligencia y capacidades. Ahí es que la literatura es protagonista, pues puede acompañarlo en esos años de cambios físicos y emocionales y la labor en ese momento de la literatura es mostrarle caminos y valores que pueda seguir. Cabe destacar que en algunas ocasiones puede creerse la literatura infantil y juvenil como una clase de subgénero literario y eso no es cierto, puesto seria menospreciar la profesionalidad de un buen grupo de autores que han decidido cultivar la literatura que estamos comentando ahora mismo.

          Sin lugar a dudas, la literatura juvenil puede cubrir un trecho en el camino del joven y le invita a ampliar sus puntos de vista y sus horizontes, a la vez, que sirve a los adultos de recuerdo de ese mundo que algunos han olvidado y que conviene tener en cuenta para comprender las actitudes y los extremos de los adolescentes que tenemos en casa o en  clase. Por lo tanto la literatura juvenil debe ofrecer colecciones acordes, donde el protagonista sea de la misma etapa, para saber los valores que se deben proyectar, ayudando al joven a través de los personajes, para orientarlo, hacer que vaya asumiendo su yo y que se integre en su entorno y a valorarse así mismo.

En el caso de la novela, podemos encontrar algunas destinadas al público juvenil, las siguientes: Novela de la vida real, representada por Jordi López; novela histórica, representada por Concha López Narváez, Montserrat del Amo y José Ma. Merino; novela de ciencia ficción, cultivada por Jordi Sierra y Fabra; novela fantástica, escrita con maestría por Pilar Mateos y Joan Manuel Gisbert; y la novela de detectives, representada por Andreu Martin y Jaume

La literatura para jóvenes es una literatura abierta, en perpetua evolución, que se proyecta hacia el futuro, pero enlaza con el pasado, prueba de ellos son las novelas  históricas a las que hemos aludido. Puesto que son historias de iniciación en las que importa la capacidad del joven para aprender, para superarse, para adaptarse, pero sin menospreciar sus propias opiniones, sus puntos de partida, sean familiares o sociales. La literatura juvenil es un puente levadizo entre jóvenes y los que ya no lo son.

          Esta literatura aparece como uno de los temas más cuestionados, cosa que ocurre también con la literatura infantil. En definitiva, se enfrenta en un arduo problema de cómo orientarse a un receptor potencial, el joven o el adolescente, que por definición es transitorio. Determinar el ¿cómo? Aplicar los temas y el tratamiento de esos temas se debe contemplar de manera que sean recibidos satisfactoriamente por el lector juvenil es, hoy por hoy, una cuestión a la que creadores, editoriales  y estudiosos del tema dedican tiempo y esfuerzo, pero al que no han dado una solución definitiva.

¿Por qué la literatura en educación?
         
          Anabel Ripoll, Saiz, Doctora en filosofía y profesora de secundaria en Tarragona, España, expone en su artículo titulado “El adolescente en la literatura juvenil actual”, que este periodo de la vida capital de los seres humanos, se inicia en el sentido histórico y con la necesidad de actuar, de tomar parte de los acontecimientos, de decidir el rumbo de la propia vida. Aparecen en el sentido de la existencia (¿Quién soy?, ¿A dónde voy?.....) y se elaboran los sistemas de valores sobre los que se cimentará la personalidad adulta”. Por eso es tan importante ofrecer apoyo que favorezca la maduración, y es con la literatura que se puede cumplir con éxito y eficacia parte de esta tarea.

La literatura es un instrumento válido en la formación de los individuos porque se proyecta sobre la problemática vital de todas las personas. Sirve para transformar la realidad y, a la vez, es instrumento de goce y placer.
         
          Con la literatura se pueden conseguir unos objetivos:
          a) De conocimiento: proporcionando una serie de datos, informaciones, que pueden contribuir al mejor conocimiento tanto de la historia cultural de una región, un país, una nación, como al hecho histórico al que éstos se refieren.
           
          b) De desarrollo: el principal objetivo de toda enseñanza es formar al alumno/a para que sea un hombre/mujer completo/a (desarrollo de su inteligencia y personalidad) y la literatura se puede utilizar en la formación de su proyecto vital. Ello en dos planos: en lo personal y en lo social, con los siguientes fines:
 b.1. Incrementar la capacidad de observación, reflexión, análisis, crítica y comunicación para conseguir que el discente no sea un autómata sino dueño de sí mismo,
 b.2. Conocer para comprender mejor el pensamiento ajeno y, así, ejercitar el suyo,
 b.3. Transformar la sociedad: formar a través de ellas ciudadanos responsables
 b.4. Utilizar mejor el lenguaje, teniendo los textos  literarios como espejo en donde mirarse. A través de la comprensión verbal y de la lectura, así como de la expresión oral o escrita,
 b.5. Proporcionar hábitos críticos sobre todo con el comentario de textos,
 b.6. Incrementar los hábitos sociales de participación, libertad, aglutinación de fuerzas, respecto a los demás, etc.,
 b.7. Interesar a los discentes por la lectura partiendo de lo conocido hasta llegar a lo desconocido,
 b.8. Iniciar en la escritura creativa a los alumnos, es decir, en la manifestación de sus pensamientos y sentimientos para desarrollar la capacidad creativa, y
 b.9.  fomentar la capacidad de utilización del tiempo de ocio.
         
-Perfeccionar el conocimiento y el uso del lenguaje, tomando los textos literarios como modelos a partir de los cuales expresarse.
         
 -Aumentar la capacidad de observación, reflexión, análisis, crítica y comunicación.
         
 -Reconocer por sus características un texto dado.
         
 -Utilizar la capacidad de improvisación, espontaneidad y creatividad.
         
 -Valorar el lenguaje literario como una fuente inagotable de riqueza lingüística, y respetar las opiniones aducidas a través de sus obras más representativas.
           

¿Cómo enseñar literatura en jóvenes de 14 a 16 años?

          Debemos buscar todos los métodos necesarios para interesar la literatura, específicamente la novela, a jóvenes de 14 a 16 años. El papel esencial del profesor de literatura debe ser presentar a los alumnos otros flancos de la vida humana, otras ideas, como la belleza, el idealismo, la satisfacción por la obra bien hecha, la solidaridad…
          Estas ideas transmitidas a través de un texto literario, pueden iniciar en el gusto por la literatura a muchos alumnos. Por otro lado es necesario imprimir a la Literatura un enfoque muy distinto al que tradicionalmente tenía: la memorización de fechas, autores, obras. El objetivo esencial de una didáctica moderna de la Literatura es que el alumno lea, comprenda y sea capaz de crear literatura.

          Algunos pasos o métodos importantes para enseñar el género novela serían:

1.     Orientar a los estudiantes sobre la historia u origen de los movimientos literarios.
2.     Hacer comentarios atrayentes de algunos de los textos del movimiento tratado.
3.     Comentar sobre las formas expresivas, las técnicas lingüísticas, y demás.
         
Se espera que al leer un texto los estudiantes puedan hacer este proceso:
           
·       Interpretar supone acercar al texto las posibilidades de comprensión antes de someterlo a un análisis riguroso.
·       Reflexionar significa analizar, someter las unidades de la lengua aun estudio sistemático.
·       Valorar significa hallar su importancia intrínseca y su importancia extrínseca.
·       Relacionar implica descubrir afinidades y diferencias con otros textos, hallar analogías en diferentes corrientes literarias.
           
          Mientras sea posible, debemos utilizar todas las metodologías que encontremos a mano, especialmente aquellas que la mayoría de ellos disfruta. 
 
          Una actividad que es un excelente medio para que los alumnos accedan a la literatura es la realización de un periódico escolar. Se trataría de un medio de comunicación hecho en la escuela por los propios alumnos, bajo la orientación del profesor.

Es innegable que la mayoría de jóvenes están involucrados con medios de comunicación de masa que le ocupan mucho tiempo. Si logramos que por esas tecnologías o medios, ellos puedan recibir las novelas literarias, sería un éxito.

          El cine. A veces el valor de una obra literaria se advierte cuando se contempla alguna película basada en un guión que procede de dicha obra literaria. Con frecuencia surge la comparación de los resultados.
          Cuando la adaptación cinematográfica ha sido buena, se puede hacer el estudio comparativo, es más los profesores nos podemos valer de estas adaptaciones cinematográficas e incorporarlas en nuestro banco de recursos. Hay ejemplos muy significativos del cine español, títulos como La Celestina, El Lazarillo de Tormes, Don Quijote de la Mancha, EL perro del Hortelano, La Colmena,  son buenos ejemplos que reflejan estupendamente la clave de obras clásicas, también El niño con el pijama de rayas o Crepúsculo, son obras muy juveniles que nuestros alumnos han leído comparado posteriormente con sus adaptaciones cinematográficas correspondientes.

          La radio. Era muy frecuente la transmisión de radionovelas  a las cuales el público accedía, obviamente de manera auditiva, solo escuchada; sin embargo, el desarrollo de la imaginación era impresionante.
         
          La televisión. Aunque hoy día la televisión no es la mejor referencia que se puede sugerir a un alumno, es cierto que a través de ella también existen programas bastante ilustrativos y culturales dedicados a las letras, concretamente a la lengua y la literatura. Podemos encontrar en la programación televisiva algunos debates literarios, presentación de obras literarias, etc.

          A veces, hay jóvenes que no han desarrollado el habito de la lectura de novelas; por lo tanto, debemos ir paso a paso haciendo que se interesen en anécdotas, leyendas, cuentos, hasta mitos que sean populares, contextuales a su realidad, y, cuando estén en pleno goce narrativo podemos conquistarlos para que accedan a la lectura de novelas que permitan ampliar la riqueza de conocimientos.
         
Resulta importante lo que dice Schneider, Erin, sobre métodos y técnicas para enseñar una novela o un cuento: “Cuando los estudiantes se convierten en expertos en la lectura ellos cambian su atención de la tarea básica de la lectura de palabras simples hacia el estudio del significado literario de las novelas y de los cuentos. Al igual que con muchas lecciones, hay más de una manera de enseñar estos temas a los alumnos. La combinación de varios métodos podría ser un medio eficaz de alentar a tus alumnos para que se involucren en los estudios literarios”.

Basado en esta idea, propone algunos de esos métodos o estrategias:

Círculos literarios. Muchos maestros han cambiado el patrón de una clase completa dedicada a la exploración de una novela por la práctica de crear círculos literarios. En los círculos literarios, o círculos de literatura como se les llama comúnmente, los estudiantes trabajan en grupos para estudiar los libros, que son distintos según los gustos de los participantes.

Estudio independiente. En el estudio independiente, los estudiantes leen novelas o cuentos de forma aislada. Esto se complementa llevando un diario para reflexionar sobre su lectura o redactando un ensayo al final del libro para expresar sus ideas sobre el texto.

Grupo de discusión. Un grupo de discusión es una forma común para estudiar novelas y cuentos y que se asemeja al club de lectura tradicional. En este tipo de estudio, los estudiantes leen una novela o un cuento con toda la clase, ya sea leyendo en voz alta o en silencio por separado, entonces se conversa sobre el trabajo respondiendo a preguntas de discusión o explorando diferentes temas presentes en el texto. Los aportes del grupo enriquecen a cada participante.

Estudio de los elementos literarios. En lugar de discutir el libro o el cuento en su conjunto, los profesores pueden dividirlo en componentes haciendo un completo estudio de los elementos literarios con sus alumnos. En este tipo de estudio, los profesores discuten un elemento literario a la vez con sus alumnos, pidiéndoles que reflexionen sobre el impacto de este elemento dentro de la novela o el cuento.

Aunque algunos prefieren estudiar las novelas sin guías de análisis, porque entienden que se limita la capacidad del estudiante; aquí presento una que puede permitir el estudio de algunos aspectos técnicos, específicos, que podemos encontrar en el texto:

Guía de análisis del texto literario

1.     Tipo de titulo (literal o simbólico).

2.     Bio-bibliografía del autor.

3.     Temas principales y secundarios que trata la obra.

4.     Argumentación.

5.     Personajes principales y secundarios con sus características.

6.     Contexto histórico y social.

7.     Ambiente psicológico.

8.     Estructura de la trama.

9.     Modo de expresión.

10. Tipo de narrador.

11. Género literario.

12. Figuras literarias: polisíndeton, asíndeton, anáfora, reduplicación, epíteto, prosopopeya, antítesis, paradoja, símil, ironía, hipérbole, concatenación, imprecación, deprecación, hipérbaton, metonimia, entre otros.

13. Valores y antivalores contenidos en el texto.

14. Vocabulario: Búsqueda del significado de las nuevas palabras aprendidas.

15. Opinión crítica.


CONCLUSIÓN

El tema presentado sobre el uso de la literatura para jóvenes de 14 a 16 años: el caso de la novela, nos lleva a algunas conclusiones. Debemos tener en cuenta que trabajar con esos adolescentes es diferente a trabajar con niños o adultos. Es importante tomar en cuenta la edad psicológica y la capacidad de comprensión real del lector. Además, realizar una selección de títulos coherente con sus posibilidades y gustos reales.

Como los adolescentes de esa edad tienen características tan particulares, debemos garantizar que haya gozo, disfrute, para que en ese trayecto también ellos puedan dedicarse a la interpretación y a la valoración te los textos. También es interesante crear las condiciones, el ambiente, para que mientras vayan leyendo, puedan contar o compartir en el aula las experiencias que han obtenido leyendo las asignaciones para sus edades. Esto debe ser así, porque hablar de lo que se ha leído no sólo es útil ya que obliga a focalizar y tomar partido por algún aspecto de lo leído, sino que es necesario para afianzar la lectura por cuanto permite al adolescente compartir su experiencia lectora.

A veces la realidad de la vida es tan dura que debemos refugiarnos en la literatura para que podamos comprender a través de la ficción, a través de las experiencias de vida de otros, muchas situaciones que experimentamos, que en definitiva son cíclicas y las experimentamos todos.

Para lograr una cultura lectora de literatura no hay recetas mágicas. Cada escuela, en función de las características personales y culturales del alumnado y del contexto social en que se inserta, debe inventar las estrategias más adecuadas para crear en torno a ella una comunidad de lectores y de escritores, y para persuadir a los estudiantes de que leer y escribir son actividades sociales y no sólo tareas escolares. Para ello hay que insistir en la dimensión lúdica y creativa de la lengua, así como en su uso social, y no sólo en su dimensión académica.

BIBLIOGRAFÍA

Ø  Erle Etxanz, Xavier (2000). La ideología en la literatura infantil y juvenil. Universidad del País Vasco, España.

Ø  Lineros Quintero, Lucía (2003). Didáctica de la literatura. Revista Digital Educativa Conclave. Revisado el 24-4-15, en (http://www.contraclave.es/literatura/didacticalit.PDF)

Ø  Pérez Patón, Mercedes (2009). Cómo enfocar la enseñanza de la literatura en la educación secundaria. Revisado el 24-4-15, en (http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_21/MERCEDES_PEREZ_1.pdf. Granada, España).

Ø  Ripoll Saiz, Anabel (2001). El adolescente en la literatura juvenil actual. Tarragona, España. Revisado el 15-4-15, en http://www.educarm.es/home.

Ø  Schreiner, Erin. Métodos y técnicas para enseñar una novela o un cuento. Revisado el 24-4-15, en (http://www.ehowenespanol.com/metodos-tecnicas-ensenar-novela-cuento-info_190016/)